Romance
35 years old and up
2000 to 5000 words
Spanish
Story Content
El sol nacía sobre las Montañas Draconianas, pintando el cielo con tonalidades de naranja y rosa. Kassy, una joven dragona de carga, bostezó, extendiendo sus escamosas alas doradas. Tenía 35 años draconianos, lo que, en años humanos, equivalía a una mujer en la plenitud de su vida, con la mezcla justa de experiencia e idealismo.
Sus escamas, a diferencia del rojo carmesí o el verde esmeralda de otros dragones de su rancho, brillaban con un tono dorado pálido, como la arena al amanecer. Ese mismo brillo, sin embargo, no lograba iluminar la ligera sombra de preocupación que nublaba sus grandes ojos ámbar.
Kassy amaba volar. Desde que era una cría, había soñado con surcar los cielos, llevando cargamentos valiosos de un extremo al otro del reino. Y ahora, ese sueño se había hecho realidad. Sin embargo, la realidad del trabajo no era tan sencilla como había imaginado.
Las primeras semanas habían sido un torbellino de aprendizaje: entender las rutas de vuelo más eficientes, manejar las cambiantes corrientes de aire, negociar con los gremios de mercaderes y, lo más difícil de todo, evitar la frustración cuando sus entregas se retrasaban por el impredecible clima.
Hoy, la misión era simple: transportar un cargamento de cristales energéticos desde las Minas de Azurita hasta la ciudad portuaria de Cobre. Un vuelo relativamente corto y seguro, ideal para un comienzo tranquilo.
Mientras inspeccionaba el arnés de carga, escuchó el rumor de una conversación cercana. Reconoció la voz de Zaltar, el dragón anciano del rancho, conocido por su sabiduría y su peculiar sentido del humor. Zaltar hablaba con Bryn, una dragona de fuego cuyas escamas irradiaban un calor constante.
'-Ya sabes, Bryn querida,' dijo Zaltar, con su voz ronca pero amable, '-la temporada de apareamiento comunal se acerca. El rancho necesita asegurarse de mantener un flujo constante de nuevos huevos. Es nuestra responsabilidad como dragones.'
Kassy se tensó. Había escuchado rumores sobre la temporada de apareamiento, una tradición draconiana que involucraba una serie de rituales y, sí, encuentros íntimos destinados a asegurar la continuidad de la especie.
Nunca le había prestado demasiada atención. Estaba demasiado concentrada en su carrera. Pero ahora, con la proximidad del evento, y al oír las palabras de Zaltar, una oleada de ansiedad la invadió.
No era que Kassy fuera anti-apareamiento, o que careciera de interés en el romance. En realidad, soñaba con encontrar una conexión especial, un compañero de vuelo para la vida. Pero la idea de participar en un evento masivo, impersonal y programado, la abrumaba.
Terminó de ajustar el arnés y se elevó hacia el cielo. El viento acarició sus escamas mientras ganaba altura. El paisaje debajo se extendía como un tapiz vibrante: campos dorados, bosques esmeralda, ríos serpenteantes. Normalmente, la vista la calmaba. Hoy, la inquietud persistía.
A mitad de su viaje, una tormenta se avecinó inesperadamente. Las nubes grises se arremolinaron, el viento aulló y los primeros rayos rasgaron el cielo. Kassy luchó por mantener el control de la carga, sintiendo cómo el viento intentaba desviarla de su rumbo.
De repente, un rayo impactó cerca, haciéndola perder el equilibrio. El cargamento se soltó del arnés y cayó en picada hacia las profundidades del bosque. Con el corazón latiendo con fuerza, Kassy descendió en picada tras él.
Localizó el cargamento, milagrosamente intacto, cerca del lecho de un río. Era evidente que no podría volver a subirlo sola en esas condiciones. Necesitaba ayuda.
Respiró hondo y envió una señal de auxilio a través de su comunicador draconiano. A los pocos minutos, una voz familiar resonó en sus oídos. Era Drako, un dragón robusto y experimentado, conocido por su habilidad para volar en condiciones adversas y su naturaleza estoica.
'-Estoy en camino, Kassy,' dijo Drako, con su voz grave y reconfortante. '-Dame tu ubicación exacta.'
Kassy suspiró aliviada. Drako siempre había sido amable y respetuoso con ella. Aunque era considerablemente mayor, algo en su mirada seria la hacía sentir segura y comprendida.
Drako llegó poco después, pilotando a través de la tormenta con una calma impresionante. Juntos, lograron asegurar el cargamento y volver a subirlo. El viaje de regreso fue tenso pero seguro.
Una vez en el rancho, ya bajo el cálido resplandor del sol poniente, Kassy agradeció a Drako con sinceridad. '-Te debo una, Drako. No sé qué habría hecho sin tu ayuda.'
Drako sonrió levemente. '-No es nada, Kassy. Todos necesitamos ayuda a veces. Sobre todo los jóvenes dragones que intentan abrirse camino en el mundo.'
La miró fijamente, y Kassy notó, por primera vez, las sutiles líneas de expresión alrededor de sus ojos, que lejos de envejecerlo, le daban un aire de sabiduría y atractivo maduro.
'-Escucha, Kassy,' continuó Drako, '-Sé que la temporada de apareamiento te preocupa. No tienes que hacer nada que no quieras hacer. Eres libre de seguir tu propio camino.'
Kassy se sorprendió. '-¿Cómo sabes que me preocupa?'
Drako se encogió de hombros. '-Soy un viejo dragón. He visto pasar muchas temporadas de apareamiento. Veo la duda en tus ojos.'
Se acercó un poco más. '-Si me permites, Kassy, podría ofrecerte un consejo. No busques la perfección, sino la conexión. No te centres en el ritual, sino en la persona.'
La mirada de Drako era profunda y sincera. Kassy sintió algo remover en su interior, una calidez inesperada que la hizo sentirse vulnerable pero, a la vez, extrañamente segura.
'-Gracias, Drako,' respondió Kassy, con la voz suave. '-Tu consejo significa mucho para mí.'
Los días siguientes transcurrieron rápidamente. Los preparativos para la temporada de apareamiento se intensificaron. Pero Kassy ya no se sentía tan abrumada. Había comenzado a ver las cosas de manera diferente, gracias a las palabras de Drako.
Un día, mientras paseaba por los campos de lavanda cercanos al rancho, se encontró con Drako. Él estaba sentado en una roca, contemplando el horizonte.
Se sentó junto a él en silencio, disfrutando de la compañía y el aroma embriagador de las flores. '-Estaba pensando en lo que me dijiste,' dijo Kassy, rompiendo el silencio. '-Sobre la conexión.'
Drako asintió. '-Es lo más importante, Kassy. No se puede forzar el amor. Pero cuando lo encuentras, es como volar a través de una tormenta con alguien que confías.'
Kassy sintió un impulso repentino. Se volvió hacia Drako y le tomó la mano. Sus escamas se rozaron, creando una chispa de energía. '-Drako,' dijo ella, con el corazón latiendo con fuerza, '-Me gustaría conocerte mejor. Fuera de la temporada de apareamiento. Como dos dragones, simplemente conectando.'
Drako la miró con sorpresa, y luego, con una sonrisa que iluminó todo su rostro. '-Me encantaría, Kassy.'
Y así, mientras el sol se ponía sobre las Montañas Draconianas, dos dragones encontraron una conexión inesperada, no en un ritual planificado, sino en un gesto sencillo, una mano entrelazada bajo el cielo estrellado. La temporada de apareamiento comunal seguía siendo una realidad, pero para Kassy, el verdadero vuelo había comenzado.